viernes, 6 de julio de 2007

Play It Again, Sam - Jackson Pollock

LA PENA Y LA CULPA
Allen ha reflexionado como nadie sobre ambas, hermanas macabras de todo bienpensante judeocristiano que se precie. Nada más incómodo, ninguna carga más dolorosa que ambas y sin embargo, difícilmente puede uno desembarazarse de ellas.
Su componente religioso y filosófico viene a ser la plasmación en nuestra vida diaria del concepto de "pecado original" grabado a sangre y fuego en nuestras mentes, de forma tan inconsciente ya, tan subliminal, que carece por completo de razón, de base, de sentido. Sin embargo, dirige nuestras vidas como un Demiurgo omnipresente que nos lleva a actuar, a veces sin que seamos capaces de llegar a comprender del todo el móvil de nuestro actuar.
El colmo de los efectos secundarios de tales condiciones externas impuestas a nuestra conciencia es el que a veces nos impulse a tomar decisiones que no llegan a la categoría de tales, por ser casi autónomas de nuestra voluntad, y a menudo nos situan en la otra orilla que separa la sensatez del ridículo, incluso del más espantoso, normalmente acaban dando al traste con nuestra felicidad y con muchas capacidades valiosas.
Debemos proponernos desterrarlas, el resto...Who wants to live forever?

2 comentarios:

La Pecas dijo...

Me ha encantado la escena, no he podido evitar reirme (solo un poco, a penas una leve sonrisa) y ello, por el contenido tan profundo, tan dramatico, tan intenso de lo que dice sentir la chica, por la depresion que arrastra, por el agotamiento existencial... (no se si me recuerda a ti... o muchas veces a mi) y por la naturalidad y ninguna relevancia que le da Allen.
El texto... que puedo decirte, lo comparto contigo.
Besos y animo... el consuelo siempre será... que pasado un tiempo, todo, absolutamente se ve de otro color (aunque cuando se vive sea nada agradable o peor).

Ana Cervantes dijo...

Esas condiciones externas impuestas a nuestra conciencia a las que te refieres son difíciles de obviar. Las llevamos a nuestras espaldas y realmente pesan. No obstante, si por un momento somos egoístas y nos dejamos llevar pasando un poco por alto dichas condiciones, entonces podemos toparnos con momentos de gran felicidad al sentirnos más libres.
A veces, es mejor decidir con el corazón (o la pasión)y no tanto con la cabeza. Carpe diem. Un beso.