Más bien deseo in crecendo, de ese que todos esperamos tener en alguna ocasion (mas que romanticismo en vena)... una tirada de fichas al suelo en un súbito impulso incontrolable no hubiese estado tampoco mal -como final de escena-, aunque entonces hablariamos de nueve semanas y media y se perdería el encanto, tension y fluidez del momento. Interesante, intensa y cuidada escena. Buen gusto Sr. Cairo.
Bueno, por expreso deseo de mis amables lectoras, he de incluir la ficha de la peli. Es para verla. Ojo, hay una versión de 1999 con Pierce Brosnan y René Russo, en la cual se descafeina, esteriliza y destroza el film. Esta escena es de la original, a saber: El caso Thomas Crown (1968) Director: Norman Jewison Guión: Alan Trustman Fotografía: Haskell Wexler Música: Michel Legrand Intérpretes: Steve Mcqueen, Faye Dunaway, Paul Burke, Jack Weston, Biff Mcguire, Addison Powell, Astrid Heeren, Gordon Pinsent, Yaphet Kotto Va de que Thomas Crown es un millonario de Boston hecho a sí mismo que se aburre de la vida que lleva. Con el fin de huir de la rutina, Crown prepara un golpe perfecto: robar un banco con la intención de luego marcharse a Brasil. Para ello reúne a un grupo de delincuentes, deposita tres millones de dólares en un banco suizo, y consigue realizar el robo sin dejar pistas. Una investigadora de una compañía de seguros se ocupará de investigar el caso.
La Vida, con mayúscula, está llena de mundos diversos que coexisten en nuestra mente, y lo más interesante es compartirlos y descubrirlos, mundos que a veces son inaprensibles hasta para nosotros mismos, y a los que nos lleva un color, un olor, un sonido. La vida más interesante es la interior, por eso nos morimos por conocernos por encontrar a quien tenga ese mundo, porque el mundo real ya hace tiempo que se quedó pequeño y el viaje interior es el único no globalizado; con quien compartir tantos matices guardados en la mente de cada cual, y con quienes compartir todo lo bueno de la vida, o solo una parte. La verdad es que en ese fluir que somos recalé en este espacio virtual como una discontinuidad espaciotemporal. Me gusta el sol de la mañana, el café suave, un baño tras hacer ejercicio, la sensación de estar sano y fuerte cuando miras a lo lejos, la fruta fresca, un buen libro (de los que dan pena cuando se van acabando), una pieza de Jazz de las que me erizan el vello y me emocionan, el mar en septiembre, cocinar para mis amig@s.
4 comentarios:
Más bien deseo in crecendo, de ese que todos esperamos tener en alguna ocasion (mas que romanticismo en vena)... una tirada de fichas al suelo en un súbito impulso incontrolable no hubiese estado tampoco mal -como final de escena-, aunque entonces hablariamos de nueve semanas y media y se perdería el encanto, tension y fluidez del momento.
Interesante, intensa y cuidada escena. Buen gusto Sr. Cairo.
Muy bien escogida la escena, me ha encantado. Se respira la pasión en el ambiente. ¿Sabes de qué película es?
Es decir, el título que tiene en España.
Bueno, por expreso deseo de mis amables lectoras, he de incluir la ficha de la peli. Es para verla. Ojo, hay una versión de 1999 con Pierce Brosnan y René Russo, en la cual se descafeina, esteriliza y destroza el film. Esta escena es de la original, a saber:
El caso Thomas Crown (1968)
Director: Norman Jewison
Guión: Alan Trustman
Fotografía: Haskell Wexler
Música: Michel Legrand
Intérpretes: Steve Mcqueen, Faye Dunaway, Paul Burke, Jack Weston, Biff Mcguire, Addison Powell, Astrid Heeren, Gordon Pinsent, Yaphet Kotto
Va de que Thomas Crown es un millonario de Boston hecho a sí mismo que se aburre de la vida que lleva. Con el fin de huir de la rutina, Crown prepara un golpe perfecto: robar un banco con la intención de luego marcharse a Brasil. Para ello reúne a un grupo de delincuentes, deposita tres millones de dólares en un banco suizo, y consigue realizar el robo sin dejar pistas. Una investigadora de una compañía de seguros se ocupará de investigar el caso.
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